El Cacao
Según la leyenda del Popol Vuh, el libro de la génesis maya, la primera bebida de cacao era de origen divino. Fue elaborada por una pareja de antepasados míticos durante la unión sobrenatural de su nieto, el héroe Hun Hunahpu, con una virgen de Xibalbá. Los señores de Xibalbá, que representa el infierno maya, habían decapitado al desafortunado Hun Hunahpu y colgado su cabeza en un árbol seco. Entonces, milagrosamente, el árbol dio frutos: mazorcas de cacao, según algunas fuentes. Posteriormente, la bebida pasó a formar parte de las celebraciones del matrimonio: los novios y los padres de los novios hacían chokola’h, es decir, brindaban con un vaso de chocolate.
Este cacao también presidía los nacimientos del mundo de los humanos: los niños mayas eran purificados en una ceremonia parecida al bautismo católico, con una rama que se mojaba con el agua de una fuente mezclada con flores y cacao. Por último, como fruto nacido en los abismos del mundo subterráneo y signo de renacimiento, el cacao asistía a los difuntos en su viaje al más allá. En las sepulturas de los antiguos reyes mayas se depositaban numerosas vasijas funerarias marcadas con el signo del cacao